Aunque es algo obvio de lo que no se debería tener que hablar, la realidad nos lleva por otro lado.
Cuando el mecánico que arregla un coche se equivoca pueden pasar dos cosas, la primera que el coche arranque y funcione durante un tiempo, aunque mal o que la equivocación haya sido tan importante que haya que poner un motor nuevo y el coche seguirá andando. En un coche, puede que al final, solo interese mandarle al desguace.
Pero con una persona, se pone en manos de un médico, cirujano, traumatólogo, etc., las cosas cambian, porque se está jugando con la vida o la futura “calidad de vida” de un ser humano.
Si un médico receta una medicina equivocada puede tener nefastas consecuencias para el paciente, que puede incluso llevarle a la muerte. Si un cirujano se equivoca y corta por un lugar que afecte a un órgano vital, también puede tener graves consecuencias y llevar al paciente a la muerte. Y así en unas y otras especialidades en las que se juega con la vida de una persona.. ¡LA PROFESIONALIDAD RESPONSABLE DE UN MÉDICO ES MUY IMPORTANTE!
Pero hay veces, la mayoría, que en una acción médica, la de un neurocirujano, la de un traumatólogo, la de un dentista, etc. no llega tan lejos, no llega a la muerte, pero si a mermar considerablemente la calidad de vida de su paciente. Si un neurocirujano se equivoca, por no prepara bien su intervención o simplemente por no saber lo suficiente, por no estar cualificado, por no estar suficientemente especializado, puede dejar a su paciente invalido de por vida. Si un traumatólogo hace mal su trabajo por descuido, negligencia, o simplemente por no saber, puede dejar a su paciente, un ser humano inútil de por vida. Lo mismo ocurrira con una y otra especialidad. Y es aquí donde apelo a LA PROFESIONALIDAD RESPONSABLE DE UN MÉDICO.
Cuando apelo a dicha responsabilidad, quiero decir que un buen profesional debe preparar a conciencia su intervención, ya que debe considerarla como única y dependiendo de su importancia, deberá valorar los posibles contratiempos con el fin de poder dar respuestas inmediatas a dichos contratiempos. También deberá valorar la operación a la que se enfrenta requiere de unos conocimientos o experiencia superiores a los que él posee, y si es así, ser honesto y recurrir a otro colega que sepa más y le apoye, o derivar al paciente a otro especialista, con nombre y apellidos que pueda hacer la intervención con mayores garantías de éxito.
Es penoso, pero todo lo anteriormente escrito, lo hago como consecuencia de una triste experiencia en mi mismo:
En agosto del 2009 tuve un accidente importante con una luxación del hombro y rotura de los tendones supraespinoso, infraespinoso y escapular, además de derrames y otras cosas. La primera intervención, en el Hospital General de Arriondas, fue “penosa”, limitándose a reducir la luxación sin darle ninguna importancia, ni preocuparse en ver que podría haberse producido alguna rotura muscular o de tendones que necesitaría una intervención mas profunda y por lo tanto de mayor responsabilidad y profesionalidad. Después de la nefasta intervención que traería consecuencias graves para mi, se limito a recomendarme una inmovilización durante 15 días y acudir a mi médico para iniciar la rehabilitación.
El la segunda intervención fue mas profesional, pidiendo una resonancia magnética en la que se vio de “desaguisado” que tenía y la necesidad d una intervención urgente, por el tiempo que había pasado. Pero aquí faltó la responsabilidad y valentía para ver que el problema era de tal calibre que le “venía largo” y debería haberme derivado a otro traumatólogo mas especializado (que seguro tiene que conocer), antes de meterse en una operación en la que salió diciendo que “todo estaba muy mal y había cosido lo que había podido”. Como consecuencia, el brazo se me ha quedado inútil, no puedo levantarlo mas de 30º y ha mermado considerablemente mi calidad de vida. En este caso, no ha sido tan grave como para estar en peligro de muerte, pero el resto de mi vida está condicionado a esta FALTA DE PROFESIONALIDAD RSPONSABLE DE UN MÉDICO. Por delante me quedan más operaciones, incluso la posibilidad de una prótesis, pero ya nada será igual para mí. Por esto, para que no vuelva a ocurrir con otros pacientes, en cualquier lugar el mundo, recurro una vez mas, a pedir responsabilidad, profesionalidad y humildad a cualquier especialista que trata con seres humanos.
Pablo Sánchez Buján
sábado, 6 de marzo de 2010
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