El
talento y la dirección del deporte
El
talento Humano
El
talento,
según la Real Academia Española de la Lengua (REA), se refiere a la
persona inteligente o apta para determinada ocupación; entonces:
Talento
Humano
se entenderá como la capacidad de la persona que entiende y
comprende de manera inteligente la forma de resolver problemas en
determinada ocupación, asumiendo sus habilidades, destrezas,
experiencias y aptitudes propias de las personas talentosas. Hay
quien a la definición anterior añade otros factores tales como:
actitud, intereses vocacionales, motivación, conocimientos,
potencialidades e incluso salud.
Ahondando
en el término “talento”,
Wikipedia nos dice que el talento
se
puede considerar como un potencial. Y lo es, en el sentido de que una
persona dispone de una serie de características o aptitudes que
pueden llegar a desarrollarse en función de diversas variables que
se pueda encontrar en su desempeño. Wikipedia también nos dice que
el
talento es
una manifestación de la “inteligencia
emocional”
y
es una aptitud o conjunto de aptitudes o destrezas sobresalientes
respecto de un grupo para realizar una tarea determinada en forma
exitosa.
El
talento puede ser heredado o adquirido mediante el aprendizaje.
Por ejemplo, una persona que tenga el talento de ser buen dibujante
muy probablemente legará esta aptitud a sus hijos o a alguno de sus
descendientes. Asimismo, una persona que no es dibujante y desee
serlo podrá adquirir mediante el aprendizaje continuo y esforzado la
destreza, e interiorizar en su cerebro la condición que le permita
desarrollar la aptitud.
El
talento intrínseco
es que el individuo lo puede dejar de ejercer por mucho tiempo y
volver a usarlo con la misma destreza
que
cuando dejó de usarlo; a diferencia del talento
aprendido
que requiere ser ejercitado continuamente para no perder la destreza.
Avanzando
hacia la capacidad o talento de una persona para la dirección y
gestión de una empresa o un proyecto llegamos al talento
directivo,
el cual está
vinculado a la aptitud o la inteligencia. Se
trata de la capacidad para desempeñar la actividad de
dirigir y ligado a la habilidad innata para visualizar el futuro,
desarrollar estrategias, crear y desarrollar ideas, planificar,
liderar, etc., siendo las bases para lograr el éxito en la gestión.
Centrándonos
en la dirección del deporte o de las empresas deportivas,
hemos podido asistir en las últimas décadas, a empresas que,
partiendo casi de la nada, han llegado a ser un “imperio”,
mientras que otras se han quedado como estaban e incluso han
desaparecido. Y esto no ha sido casual. El éxito ha sido debido
fundamentalmente, a que a la cabeza de las empresas que han logrado
expandirse por toda la geografía española han
sido dirigidas por personas con gran “talento Directivo”.
También encontramos personas con gran talento directivo, dirigiendo
clubes deportivos, el deporte municipal o público, etc. Es
importante reconocer que, en el sector del deporte, al igual que en
otros, se requiere de ciertas capacidades o cualidades para poder
planificar, dirigir y coordinar una empresa y a un equipo humano, al
que además, sea capaz de liderar, de motivar, de impulsar y/o
inspirar.
Nos
debe quedar claro que “cualquiera” con ciertos conocimientos
puede ser un directivo, pero no un “directivo
con éxito”,
para esto último se requiere de tener
“TALENTO DIRECTIVO Y LIDERAZGO”,
y cuantas más cualidades intrínsecas, conocimientos y experiencias
tenga mejor para el desarrollo de una buena dirección y adecuado
liderazgo.
En el sector deportivo se necesitan profesionales directivos con “talento y liderazgo”, más que en ningún otro sector, ya que la mayoría de las empresas son pequeñas con pocos medios económicos o materiales y me refiero a clubes, equipos o centros deportivos en general. O a esas empresas de servicios deportivos o tecnológicas que sobreviven con mucho trabajo e ingenio.
Un buen directivo debe tener visión a medio y largo plazo del sector en el que se desenvuelve y actuar al respecto, aunque a corto plazo debe orientarse a la planificación, a la ejecución, al control y a la búsqueda de que el personal sea eficaz, cada uno en su nivel y responsabilidad, buscando la eficiencia en todo momento.
Los directivos con talento no reaccionan ante un hecho, actúan antes que se produzca, adoptan una actitud más personal, continua y activa ante los objetivos. El buen directivo en un centro deportivo, club, etc. debe ejercer un buen liderazgo, conociendo a sus clientes, pero sobre todo a su personal, en todos los niveles, sin que esto suponga interferir en la autoridad de sus mandos directivos.
Por
lo tanto, el “TALENTO”, debe ser algo a exigir a un buen
directivo, sobre todo en pequeñas empresas, como las que conforman
el sector deportivo, y además se les debe exigir otras muchas
cualidades, tales como conocimientos del sector, habilidades,
actitudes compromiso y liderazgo. Difícilmente
puede haber un buen directivo en el sector del deporte sin “talento”,
lo cual no quita el que haya personas dirigiendo centros o empresas
deportivas sin él (talento), pero seguro que ya no serán “buenos
directivos”.
Pablo
Sánchez Buján
Licenciado
en Educación Física
Experto
en dirección deportiva.
15/03/2020
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